viernes, 26 de junio de 2009

Impacto de las TIC en la educación.

TICs y educación en Chile.


TICs y educación en Chile.

Una alianza con perspectivas y desafíos.

La fuerte penetración en Chile de las nuevas tecnologías de información y comunicación es una realidad evidente y el PNUD lo confirma con cifras claras: entre 1989 y 2004, el stock de computadores se multiplicó por 27; y en el caso de Internet, que no existía en 1989, los usuarios aumentaron de 250 mil en 1997 a casi 4,8 millones en 2004. Como resultado del impulso del mercado y de las políticas públicas, señala el PNUD, puede afirmarse que Chile entró de lleno en la era digital, se sitúa a la vanguardia de los países latinoamericanos y se acerca a los países desarrollados.

En este escenario, la incorporación de las TICs plantea al país complejos desafíos en materia de acceso equitativo, conectividad, desarrollo de competencias, creación de productos y contenidos que aprovechen el potencial de estas tecnologías, entre otros. En educación, estos desafíos son particularmente claros y han motivado un conjunto de iniciativas para ir abordando las diversas tareas que requiere incorporar las TICs de manera efectiva en los procesos de aprendizaje.

Los primeros esfuerzos.

1992: se crea el programa Enlaces, del Ministerio de Educación, con el objetivo de constituir una red nacional de las escuelas y liceos subvencionados del país e incorporar las nuevas TICs en la educación.

1998: como parte de la reforma educacional, se incorpora la informática a los programas de Educación Media, para asegurar que los estudiantes desarrollen capacidades de manejo de software y búsqueda y selección de información a través de las redes de comunicación; el MINEDUC y otras entidades centran sus esfuerzos en el desarrollo de contenidos y servicios en español, para asegurar que las TICs tengan sentido y utilidad en la realidad educativa del país.

1999: el documento “Chile, hacia la sociedad de la información” (Comisión Presidencial Nuevas TICs) propone en materia de educación consolidar el programa Enlaces y proyectarlo hacia el fortalecimiento de la formación de profesores y el desarrollo de contenidos vinculados al nuevo currículo de la educación en Chile.

2001: se crea el portal educarchile.cl, mediante una alianza entre el Ministerio de Educación y Fundación Chile. Su objetivo es contribuir a mejorar la calidad de la educación, siendo un lugar de participación que ofrece información, recursos, servicios y experiencias educativas a docentes, estudiantes, familias y especialistas.

2002: un estudio del Programa de Prospectiva Tecnológica2 del Ministerio de Economía incluye a la e-educación entre las actividades económicas que tienen la potencialidad de convertirse en pilares productivos del Chile del Bicentenario y la califica “como una de las actividades económicas más relevantes y viables… que pueden implementarse con las capacidades que Chile ya tiene hoy día o que puede alcanzar en los próximos años”.

Mejores contenidos e impulso a la I+D.

2002: se crea el programa TIC EDU de Fondef-CONICYT, programa estratégico para financiar proyectos de I+D, que tiene hoy el objetivo de contribuir a elevar la calidad de la educación mediante el desarrollo de productos o servicios TIC innovadores orientados a mejorar los procesos de aprendizaje.

2004: la Agenda Digital 2004-2006, en el área educación, pone el énfasis en la integración de las TIC en las prácticas curriculares y la generación de contenidos de calidad, que puedan originar una industria de exportación. Destaca la necesidad de aumentar la dotación de computadores desde 45 a 30 alumnos por computador en 2006 (meta superada ese año, con 27 alumnos por computador).

2005: Enlaces se transforma en Centro de Educación y Tecnología de Chile, para constituirse en articulador de las políticas públicas vinculadas a la informática educativa.

2006: un estudio coordinado por la Subsecretaría de Economía3 señala que el número y la inversión en proyectos de I+D en TIC para educación son bajos frente a otros sectores; y que se trata de un área en etapa inicial de crecimiento, que requiere desarrollarse para poder impactar al sistema educacional.

Recomienda incentivar la investigación básica, la formación de investigadores y la ampliación de la base de equipos de I+D; y crear un rol de fomento y regulación de la oferta de contenidos, incorporando la certificación, estructurando la demanda y entregando lineamientos para una mejor oferta.

Hacia un uso pertinente y con sentido.

2007: el Comité de Ministros para el Desarrollo Digital presenta la Estrategia Digital 2007-2012, para fortalecer el esfuerzo de desarrollar digitalmente al país. En educación, enfatiza los objetivos de que profesores y alumnos cuenten con las competencias digitales necesarias para un aprendizaje de calidad y que el sistema educativo cuente con contenidos y modelos de uso que incorporen TIC.

2007: la Ruta Digital de la Educación, lanzada por el gobierno, busca poner a Chile al nivel de los países desarrollados en el acceso a las tecnologías desde la escuela y se propone llegar a 10 alumnos por computador al 2010 (el promedio nacional ha mejorado desde 70 a 26 alumnos por computador entre 2000 y 2007).

El Informe del PNUD reconoce que, en equipamiento, Chile ha reducido claramente la brecha con los países desarrollados. Pero advierte que el país debe hacer un esfuerzo adicional de difusión de estas tecnologías, para acercase al nivel de esos países. El informe hace suya la constatación de que el acceso a las TIC no elimina por sí solo las diferencias de resultados de aprendizaje. Por eso enfatiza que, existiendo ya la oportunidad de conocer y usar estas herramientas, es preciso avanzar hacia un “segundo piso”, donde se requieren claros sentidos pedagógicos, un entorno de hábitos de aprendizaje y docentes que usen la computación con fines didácticos.

Así lo reconoce también el programa Enlaces, que en su nuevo plan Bicentenario “Tecnologías para una Educación de Calidad” busca que las escuelas y liceos avancen significativamente en el uso pertinente de TIC en los procesos educativos. En esta etapa, señala el plan, el aumento de infraestructura va acompañado de una nueva visión donde la escuela piensa integralmente el uso de las tecnologías en todos los espacios educativos.

De este modo, sobre la base de lo mucho que se ha avanzado en estos años, se plantean hoy nuevos desafíos. Como lo señala el PNUD, no basta con introducir infraestructura, hay que incorporar también “criterios, sentidos y acompañamiento”.


Programa TIC EDU de Fondef.

Tecnologías para mejorar los procesos de aprendizaje.

El Programa de Tecnologías de Información y Comunicación Efectivas para la Educación (TIC EDU) de Fondef, creado a fines de 2002, tiene hoy el objetivo de contribuir a elevar la calidad de la educación chilena mediante el desarrollo de productos o servicios TIC innovadores orientados a mejorar los procesos de aprendizaje.

Su creación se enmarcó en el Programa de Innovación y Desarrollo Tecnológico, que el Gobierno de Chile inició en 2001 con recursos del BID y que buscaba impulsar cuatro áreas prioritarias: Biotecnología, TICs, Tecnologías Limpias y Gestión de la Calidad. En materia de TICs, el programa contemplaba el fortalecimiento y desarrollo de las capacidades de este sector en Chile, mediante el financiamiento de proyectos de I+D, innovación tecnológica y desarrollo de nuevos productos en instituciones y empresas del sector, a través de Fondef y otros programas.

En ese marco, Fondef consultó a investigadores, directivos universitarios y de centros tecnológicos y ejecutivos de empresas, sobre focos posibles para un programa estratégico en TICs. Después de identificar diversos ámbitos relevantes, se seleccionó como de alta prioridad y potencialidad el sector de TICs para la educación y se creó así el Programa TIC EDU.

Hasta 2006, el Programa tuvo como foco el desarrollo de productos y servicios que mejoraran la efectividad de las empresas desarrolladoras de TICs para educación. En ese período Fondef convocó a tres concursos, a los que postularon 62 proyectos, de los que se financiaron 11, con un aporte total de $ 1.860 millones.

Este monto movilizó recursos por $ 1.954 millones, comprometidos por las instituciones ejecutoras y contrapartes asociadas, sumando así $ 3.814 millones. En sus primeros años, el programa operó con recursos del BID y luego se consolidó como un programa regular de Fondef.

Favorecer una educación de calidad.

En 2008, el programa reorientó su foco hacia el mejoramiento de los procesos de aprendizaje, una de las áreas que hoy resultan prioritarias. Esta definición se tomó considerando la necesidad creciente de una educación de calidad y equitativa; la utilización cada vez más intensiva de las TICs en la sociedad chilena; el aumento de la infraestructura; y la necesidad creciente de ofrecer soluciones educativas basadas en TICs.

Así, el concurso 2008 puso su foco en el mejoramiento de los procesos de aprendizaje mediante soluciones educativas que incluyan desarrollos de TICs, ya sean productos o servicios finales para comunidades educativas con escasa o nula capacidad de pago; o prototipos de productos o servicios finales o intermedios para instituciones educativas con capacidad de pago o empresas desarrolladoras de aplicaciones TIC EDU.

Junto a su objetivo central, el programa se orienta al mismo tiempo a un conjunto de objetivos específicos, vinculados en particular al desarrollo de capacidades y a la transferencia de resultados:

  • Promover el desarrollo de proyectos de investigación aplicada sobre el uso de las TICs para mejorar los procesos de aprendizaje.
  • Desarrollar capacidades científico-tecnológicas en entidades de investigación y empresas para generar productos y servicios TIC para la educación.
  • Fomentar la transferencia amplia y rápida al sector educativo de los resultados que probaron ser eficaces.
  • Desarrollar capacidades para formular y gestionar proyectos y programas de mayor alcance, nacionales e internacionales, de TIC aplicadas a la educación.

Jardín Digital.

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Material Didáctico Multimedia de Calidad.


Considero que los materiales multimedia deben cumplir una serie de normativas específicas o estándares de valoración concretos que nos van a permitir verificar si es certera su valoración como aplicaciones de carácter eficaz en todos los ámbitos que abarcan que este sea bueno: el técnico-estético, el pedagógico y el funcional.

La atracción de un material reside, en gran medida, en su entorno comunicativo; por este motivo, debemos tener en consideración que el diseño de las pantallas sea claro y atractivo, la calidad técnica y estética de sus componentes sea óptima, los elementos multimedia sean los necesarios e imprescindibles y estén dotados de calidad, la integración de los medios sea correcta, etc. En definitiva, resulta inevitable disponer de una interfaz intuitiva, estética, sencilla, orientadora, consistente, adaptada al nivel y edad del alumnado y accesible para todos.

Los sistemas de navegación tienen que promover una movilidad óptima y clara a la hora de aplicar y acceder a los diversos elementos del material, permitiendo que el interesado sepa en todo momento dónde está y de qué modo puede conectar con otras partes de la aplicación. A su vez, la forma de gestionar las interacciones con los destinatarios debe permitir la valoración de las respuestas de éstos, respondiendo adecuada y eficazmente a sus acciones.

El contenido del material deberá ser significativo, relevante, actualizado, organizado y adecuado respecto al proceso de enseñanza-aprendizaje al cual va unido y a los alumnos a los cuales se dirige. Se requiere también que haya sido revisado. Damos por sentado que un buen material debe carecer de faltas ortográficas, sintácticas y morfológicas; también presuponemos que los datos que ofrezca deben ser objetivos y estar contrastados. Considerando las premisas anteriores, si la información que presentamos a los destinatarios es considerable, debemos fragmentarla de manera que no se pierda la visión global de la temática abordada y se facilite su manejo. Resulta imprescindible que el material despierte la curiosidad y mantenga el interés del público al que va encaminado, de cara a fomentar aprendizajes significativos relacionados con sus conocimientos previos (es interesante que los docentes también se vean atraídos hacia el material). En ningún momento la aplicación debe llegar a producir situaciones de ansiedad o provocar que los elementos lúdicos actúen como distractores en la adquisición de los aprendizajes. Debemos tener siempre muy en cuenta las características de los alumnos a los que va dirigida la aplicación y los progresos que éstos puedan llevar a cabo mediante la utilización de la misma. La adecuación debe hallarse presente tanto en los contenidos, como en las actividades y en el entorno de comunicación.

El objetivo perseguido tiene que tender a potenciar un acceso del material para todos, promoviendo el trabajo autónomo, riguroso y metódico de cada discente. Es conveniente que los materiales proporcionen variadas actividades y potentes recursos didácticos con el fin de tratar un mismo contenido.

El material utilizado debe permitir a los destinatarios: actuar con libertad pero guiando de forma personalizada el aprendizaje en todo momento, intentar involucrar al alumno en su propio proceso de aprendizaje de forma activa y significativa propiciando a su vez, la interacción con sus compañeros y con el propio programa de manera “inteligente” y proporcionar herramientas cognitivas para el máximo uso del potencial del aprendizaje del alumno, estimulando el desarrollo de habilidades metacognitivas y estrategias de aprendizaje.

Una correcta adecuación de las actividades y de los diversos recursos didácticos se hace imprescindible si se desean desarrollar habilidades y competencias dentro del proceso didáctico sin perder de vista, en ningún momento, los objetivos preestablecidos. El material tendría que permitir abolir aquellos trabajos repetitivos, monótonos y rutinarios realizados por el docente, permitiéndole dedicarse a estimular el desarrollo de las facultades cognitivas superiores en sus alumnos. La aplicación debería informar tanto a los alumnos como a los docentes de los progresos realizados por los primeros, presentando, si fuese necesario, refuerzos adecuados o actividades con diferentes niveles de complejidad. Resulta primordial que el material fomente una evaluación formativa dentro de los procesos de aprendizaje que promueve. La aplicación debe ser ante todo eficaz es decir, tiene que conseguir alcanzar los objetivos para los que ha sido diseñada; dichos objetivos de aprendizaje deben ser relevantes y coherentes, además de encontrarse debidamente explicitados. El usuario tiene que ser plenamente consciente de los propósitos vinculados al uso del material para ello, los objetivos se deben anticipar de este modo, el discente podrá orientar su aprendizaje desde la primera toma de contacto con la aplicación.

Considero de gran valía que las actividades de los materiales faciliten aprendizajes significativos y transferibles a otras situaciones a través de una continua actividad mental (siempre en consonancia con la naturaleza del aprendizaje perseguido). La selección de contenidos próximos a la realidad diaria de los destinatarios constituye una premisa fundamental que todo material debe cumplir (este hecho les dotará de una relevancia e interés especial). A su vez, la adopción de un enfoque pedagógico actual en la discriminación de la documentación de la aplicación favorecerá un uso más adecuado y eficaz de la misma por parte del alumno. La adaptación del material multimedia a diversos contextos constituye una condición fundamental. La propuesta multimedia deber ser fácilmente integrable con otros medios didácticos y dentro de los diferentes contextos formativos, adaptándose, con facilidad, a diversos entornos, usuarios o estrategias didácticas. Abogamos por unas aplicaciones programables, abiertas, que incluyan sistemas de evaluación y seguimiento, que favorezcan la continuación de los trabajos empezados en otro momento y que promuevan la utilización de materiales diversos así como, la realización de actividades complementarias y que presenten una relación inversión/eficacia elevada. Con el fin de conseguir abarcar los enunciados anteriores, se hace necesario que: los materiales resulten fáciles de usar, posean un carácter multilingüe, vengan acompañados de una guía de uso o manual (que contenga información sobre: características técnicas, proceso de instalación y desinstalación, manejo del programa, etc.).